lunes, 20 de enero de 2020

Objetivo roTokio, lesión de poleas parte 1


* Entrada original de 20 enero 20 revisada y actualizada a 20 octubre 20....








Ahora se cumplen 8 años que inicié mi personal camino a Tokio 2020.
Por aquel momento se oían campanas sobre las escalada como deporte olímpico, aunque aún quedaban 2 olimpiadas de por medio.

Corría el 2012 cuando por fin comencé mi camino hacia un sueño que como tantos de los viejos rokeros siempre me acompañó. Después de casi 20 años logré estar preparado y acceder a los estudios de guía.









Lleno de ilusión y energía en todo momento creí que llegaría a tiempo.
Por el camino encontré muchas nuevas personas...
Cantidad de aventuras y experiencias que me esperaban...
En estos 8 años he escalado muchísimo más y mejor que en los 20 anteriores.
Pero como todo, siempre se pierde algo, esta apuesta supuso, en mi caso volcarme plenamente en ello, ya que no doy para hacer dos cosas a la vez.
Tuve que dejar de lado otras cosas.

Lo que nunca pude imaginar es que al fin llegado el momento, no habría logrado el objetivo.
Y es que cuanto más deseas algo más difícil te puede resultar.
He sido una persona que he tenido la suerte y acierto de lograr siempre con más menos facilidad todo lo que me había propuesto, y curiosamente lo más importante, lo más apreciado, eso por lo que más siempre has luchado, resulta que se atraviesa.
Cuanto más cerca estaba más stress, menos acierto...y cuando estás a punto de llegar a la meta, la cagas y lo haces fatal. Peor que nunca. 
Esto sucede en 2016.
Después de un año de asimilar y sanar la frustración, llegan tus mejores logros en escalada y disfrutar de este deporte con un cierto nivel aceptable a una edad ya respetable.
Estaba aún convencido que tenía tiempo, aun quedaban casi tres años de margen.

El tiempo pasa muy de prisa y los años no pasan en balde, la energía no es la misma , pero me digo al comenzar este nuevo año, bueno un último intento, date la última oportunidad, aunque ha llegado el año límite, aún estas a tiempo;  aunque el último año he dado un bajón el nivel y confianza máximos que tuve, tienes dos años y pico antes de los 50, es decir la edad de dar la vuelta al jamón y ya ir para abajo definitivamente.

Y como es esta vida, resulta que el día 12 de enero, en una de las primeras sesiones de la nueva etapa, quien sabe si definitiva, voy y me lesiono gravemente un dedo. Escucho un terrible chasquido. Ese sonido del que alguna vez todo escalador ha oído hablar de alguien que lo ha sufrido, por lo escalofriante que resulta deja fuertes emociones en el recuerdo.

Debo reconocer que la responsabilidad fue y es mía, ya que bajé la guardia, no escuche las señales, no calenté suficiente, probé de primero secuencias que aún apenas había resuelto con la cuerda por arriba, con 3 o 4 kilos de más... fueron el cocktail perfecto para desatar la tormenta.

Casi 30 años escalando, con una progresión de lo más lenta y progresiva, una persona que siempre ha tenido un especial sexto sentido para leer su cuerpo y no forzar en exceso, de escucharme, de poner mi integridad siempre por encima de los objetivos, pese a que muy probablemente por ello he realizado siempre menos de lo hubiera podido forzar, siempre he sido paciente y prudente.
Me he bajado de montañas y de vías, algunas pude volver y culminar, otras puede que nunca pueda volver a intentar, no se, o quizás si, depende tantas cosas...pero nunca me preocupó en exceso.
Tengo otros defectos pero la avidez y codicia nuca me ha hecho perder el rumbo. Ni tampoco la envidia, los que bien me quieren lo saben.

Pero ahora comienza un nuevo periplo. Nuevos objetivos, una nueva vida, muchos meses sin poder escalar por imperativo es una prueba a la que jamás me enfrenté, algo que nunca me había pasado. Siempre que había dejado de escalar fue por elección, no por obligación, y encima cuando iba a retomar la carrera para lograr ser profe de escalada.

Me gusto mucho recordar el episodio de la serie de Adam, "Road to Tokio" que sigo desde su primer capítulo.
Se puede ver como Adam, que también se lesiona por primera vez en su vida, tuvo que pasar un duro proceso psicológico.
Sigo a Adam desde su primer 8a con 9 años, y cada día no ha dejado de crecer mi admiración como ser humano y cada día me resulta más inspirador y cercana su forma de entender este deporte y la vida. Siempre he compartido sus opiniones y criterios. 

Hace dos semanas del accidente, pero aún no he asimilado del todo la nueva realidad.
Estoy de baja deportiva desde el día siguiente al accidente. Llevo dos semanas peleando con Mapfre para lograr que me hagan las pruebas de diagnostico por imagen para saber exactamente que se rompió.
Estoy intranquilo, frustrado... pero se que las primeras semanas son lo peor...
He leído todas las entradas de Eva Lopez sobre lesiones, las cuales sobre todo me han ayudado en el tema psicológico; otras me sirvieron para estar más seguro y confirmar lo que suponía; y por como fue el caso y lo que noto es que me debo de haber partido una polea. Muy probablemente la A2 del dedo corazón. La más común parece ser....

Dedo hecho un churro al mes y medio de la lesión (2 marzo 20)

Tendón central fuera de su sitio (2 marzo 20)



Es curioso como la vida te trae lo que necesitas en cada momento, y hace un par de días aparece una nueva entrada monográfica sobre lesiones de poleas en escaladores, en el blog Fer Canter que sigo casi desde sus inicios.
Me digo...¡ que flipe, que casualidad !, me pongo a leerlo como cuando de niños cogíamos el nuevo numero semanal de tu cómic favorito. reconozco que me suele pasar con todas las entradas.
A parte de confirmar lo que esperaba, me gustó saber que Edu Marín tuvo esa misma lesión. No sabía cual fue exactamente lo que le ocurrió, pues muchas veces no ponemos atención en las cosas hasta que no nos suceden a nosotros mismos.
Espero que mi caso no llegue a ser de quirófano pues creo que no tengo una alto porcentaje de rotura, pero, en el correo privado que intercambie con Fer, me dijo un detalle muy tranquilizador. Que es una operación de la que los escaladores solemos recuperarnos bien, y la prueba está en Edu, 9a después de su lesión.
Quiero agradecer públicamente a Fer desde este humilde rincón digital su empatia a la hora de atender mi correo, y darme permiso a comentar el caso en su blog, para que llegue a cuanta más gente mejor.
Por desgracia hoy en día hay muchos jóvenes escaladores con graves lesiones.
En nuestra época no había tantas lesiones sobre todo en principiantes, había menos presión competitiva, las cosas eran más tranquilas. No estaba todo focalizado en objetivos como hoy en día, vivíamos la escalada como parte de un todo que aglutinaba muchas más cosas, pero eso son batallitas de abuelo cebolleta que se desvían del tema.

Es bueno recordar a la comunidad escaladora que hay que escuchar las señales que da el cuerpo en forma de molestias, que hay que calentar SIEMPRE muy bien para apretar, que hay que notar cuando uno esta gordo, o bajo de defensas...etc

En fin, gracias a este palo tan gordo, ahora tengo nuevas puertas abiertas, nuevos objetivos, ahora puedo retomar la montaña y el esquí, y otras cosas que tenía aparcadas.
Tengo ilusión por recuperarme con cabeza y paciencia para volver a escalar más fuerte y sabio que nunca, ser más consciente y preciso, dar un salto de calidad.
Pero sin prisa, como siempre he pensado, lo mejor está por llegar.


Gracias si has llegado hasta aquí querido lector, espero al menos haber aportado algo...
Igual sientes molestias en un dedo desde hace x tiempo, (en mi caso 2 años), y no dejas de escalar, de apretar, de tener siempre un nuevo proyect verdad...quizá sea el momento de parar un poco...


Seguiré contando el caso...
Cambio y corto de momento.



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