Después de mucho tiempo sin publicar ninguna actividad, ya sea por pereza, o por no considerar destaca ble o por una etapa de ermitaño, el caso es que estos días por el pirineo francés han vuelto a despertar ese interés de contar la experiencia.
Y es que recuperar de vez en cuando esa esencia de realizar actividades que te devuelven a los orígenes en estos tiempos en los que la mayoría escalan a pie de furgo,
Vivaquear, andar grandes distancias, incertidumbre, navegación por grandes espacios por rutas por definidas... no está de más de vez en cuando prescindir de comodidades, recordar cuando se hacían las cosas de otra manera, cuando se pasaba más frió, el calzado era peor, las cuerdas más pesadas y los friends escasos y primarios.
Esos tiempos eran más duros pero también más auténticos. Por eso está bien hacer actividades que se salgan de confort actual.
También viene bien estar unos días fuera de las comodidades del hogar, en la montaña, para apreciar lo que es tener siempre un grifo con agua, una cama, un techo, una nevera con comida y un sin fin de cosas que damos por sentadas siempre...
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