sábado, 27 de febrero de 2016

La Pedriza, ¿prohibición o gestión?


Mucho antes que escalador y montañero, fuí un niño privilegiado por tener unos padres que en los años 70's llevaban a su hijo a la Pedriza.
Con apenas 5 añitos corría y trepaba un servidor por toda piedra que se pusiera en el camino.
Cuando solo se podía acceder por el Tranco, y Canto Cochino era un lugar semi virgen al que solo se podía acceder por senda...todo por delante hasta el Giner un entorno impoluto, apenas transitado por los pioneros Tudela, Herreros y demás especímenes raros de la época.
Mis padres, otros pioneros, no tan avezados como los precedentes, pero que también formaban parte de ese selecto puñado de personas que como en todas las épocas, han vivido adelantados a su tiempo. En esos momentos históricos tan desagradables que se vivieron en esos años, sentían esa misma necesidad de huida que décadas más tarde sentimos muchos, y sembraron un germen que con los años se convertiría no solo en una pasión, si no nada más y nada menos que un estilo de vida, un sentido y un fin...sentirse fundido con el entorno, notar que formas parte de ese lugar, que lo llevas impreso en el ADN.

Sebastian Alvaro leyendo el emotivo comunicado durante la manifestación
que tuvo lugar el pasado mes de septiembre en Manzanares.



Lo que hoy conocemos como el kiosko de la Foca, en sus orígenes era la caseta del guarda, lugar obligatorio de paso, donde era fácil controlar a los pocos que por allí pasaban.
La vida era más sencilla en aquellos tiempos, las relaciones eran más directas y humanas...no era difícil entablar amistad y complicidad cuando los que pasaban por allí eran cuatro gatos.
Así mis padres, junto con otra pareja de amigos, podían acampar en su mes de vacaciones, con el consiguiente permiso y supervisión del guarda, que inevitablemente acababa formando parte casi de la familia.
Pero no era un campamento cualquiera. Se pasaban semanas llevando los achiperres pertinentes. A base de dar viajes, con una vespa con side-car, Luis el amigo de mi padre y el, porteaban todo lo necesario para pasar unas semanas en el campo sin fartar detalle. Vamos un campamento base en toda regla.
Desde luego es algo inaudito para nuestros días, y algo que hace muchos años es impensable, pues en apenas una década después de aquellos inocentes años setenta, las cosas cambiaron mucho, empezó el primer boom.


Una imagen que quizá no se vuelva a repetir


De ahí (los 80's) hasta nuestros días, son mas de treinta años de explotación y arrase sistemático, aunque nunca sin llegar a los extremos intolerables de nuestros días.
Y llegó la prohibición. Ya habíamos estado cerca en muchas ocasiones desde hace más de diez años. Pero ha sido en 2016 cuando el destino inevitable, se ha hecho realidad.
En una sociedad tremendamente maleducada, en la que se han perdido casi por completo todos los valores, no somos dignos de seguir mereciendo ciertos privilegios.

Podemos decir que no es justo, bien...
Que pagamos justos por pecadores, bien...
Se pueden buscar otras soluciones, bien...


Nuestras querida agua cristalina del manzanares


Me lo decía mi abuelito cuando yo era un niño, "me preocupa un asunto muchachín, que yo no lo veré ni sufriré, y es que cuando seas mayor vais a ser muchos, muchísimos, y tendréis un montón de problemas"...
Y qué razón tenía el hombre.

Cierto es que la masificación es la principal causante y desencadenante de este tipo hechos, pero no es menos cierto y hay que denunciar firmemente, la ineptitud flagrante y manifiesta de los gestores del parque, los cuales lo menos que podían hacer es marcharse a su casa, DIMITIR, y dejar paso a un equipo de gestión a la altura del valor incalculable que tiene un espacio natural como La Pedriza, en un Madrid del siglo XXI.
Por desgracia aún nuestros dirigentes no han entendido nada, no entienden nada de como gestionar ni los espacios naturales, ni las personas. No entienden que el futuro no es prohibir, es educar.
Y mientras tanto algunos seguiremos soñando y aportando nuestro granito de arena...






Esperemos que sepamos dejar mejor legado a las generaciones venideras, que lo que las nuestras nos hemos encontrado, o más bien hemos consentido por dejadez, desidia y falta de sensibilidad.



2 comentarios:

  1. No se dónde vamos a parar, no me entra en la cabeza que la gente sea tan cerda, y no es ya la Pedriza sino en todas partes, ves basura por donde mires, en parkings, en calles, en la montaña... somos muchos, pero si todos nos comportásemos de forma civilizada (iba a decir normal, pero ya no lo es) no habría basura por ningún lado.

    Carlitos Brown

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  2. si Carlos, es una cuestión cultural y de educación...más bien de incultura y mala educación...hay que seguir siempre predicando con el ejemplo... ¿donde vamos a parar? ya te lo digo, teniendo que restringir cupos y pagar entrada para la mayoría de espacios naturales,,,la Babilon ha llegado al monte, para quedarse, se acabará la libertad

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